8 – Ayuntamiento. Usurbil en manos de los golpistas.
El 17/09/1936, a las 16:00 de la tarde, la columna del comandante golpista Antonio Sagardia Ramos entró en Usurbil. A los tres días, los fascistas designaron una junta municipal afín a su ideario y nombraron alcalde a José Antonio Maioz Manzisidor.

Obviamente, la nueva corporación enseguida empezó a tomar decisiones adaptadas al “nuevo régimen”. Entre ellas, la colocación de la estatua del Sagrado Corazón en el salón municipal y la bendición de las cruces de todas las escuelas (muestra del poder de la iglesia católica que se convertiría en valedor del régimen fascista); aportaciones económicas a las estructuras del ejército fascista para la construcción de nuevos buques de guerra como los acorazados ‘Baleares’ o ‘España’; también para los funerales en la iglesia del pueblo en honor del fallecido general fascista Emilio Mola, o para los festejos organizados por el Círculo Tradicionalista (carlistas) para agasajar a la bandera española.
Además, emprendieron la purga de varios empleados que trabajaban en la administración municipal: maestras, médicos, enterradores, secretarios… Es de destacar que el secretario municipal, Dionisio Rekondo Irazu fue destituido y posteriormente desterrado por sus ideas nacionalistas.

Una vez realizada la “limpieza” y con el fin de reforzar las tropas golpistas en la guerra que aún continuaba, la corporación organizó rápidamente las llamadas a filas de los quintos. Muchos jóvenes del pueblo fueron obligados bajo amenaza a alistarse, como –Julio Mujika o Domingo Salsamendi, y otros que no se presentaron fueron considerados desertores.
A partir de ahí la historia es harto conocida: una durísima dictadura de 40 años que, al igual que en otros pueblos de Euskal Herria y de todo el Estado español, condicionó totalmente la vida de los y las usurbildarras.
